No tengas miedo, porque estoy contigo. No mires por todos lados, porque soy tu Dios. Yo ciertamente te fortificaré. Yo cierta y verdaderamente te ayudaré. Si yo, verdaderamente te mantendré firmemente asido con mi diestra de justicia (ISAIAS 41:10)
Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso. . . ¡yo no sé que te diera por un beso!. Gustavo Adolfo Bécquer