Jesús, Sacerdote eterno,
guarda a estos siervos tuyos,
en el recinto Santo de tu Corazón,
donde nadie pueda hacerles daño alguno;
guarda inmaculadas sus manos consagradas
...que a diario tocan tu Sagrado Cuerpo;
guarda sin mancha esos corazones sellados
con el sublime carácter del Sacerdocio;
haz que tu Santo Amor los envuelva
y separe del contacto del mundo.
Amén.