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San Sebasti谩n de los Reyes

Un indignado Unamuno (presid铆a el acto como rector de la Universidad), que hab铆a estado tomando apuntes sin intenci贸n de hablar, se puso de pie y pronunci贸 un apasionado discurso: 芦Est谩is esperando mis palabras. Me conoc茅is bien, y sab茅is que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Quiero hacer algunos comentarios al discurso -por llamarlo de alg煤n modo- del profesor Maldonado, que se encuentra entre nosotros. Se ha hablado aqu铆 de guerra internacional en defensa de la civilizaci贸n cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es s贸lo una guerra incivil. Vencer