Con los brazos de la fiebre
que aùn abarcan mi frente
lo he pensado mejor
y desatarè
las serpientes de la vanidad
el paraìso es escuchar
el miedo es un ladròn
al que no guardo rencor
y el dolor
es un ensayo de la muerte
En la piel de una gota
mis alas volvieron rotas
y entre otras cosas
ya no escriben con tinta de luz
El paraìso deviene en infierno y
luego se queja
y sin que nadie se mueva
¿Quién lo arregla?
Gestado en mis escombros
de pastoso paladar
el disparate del caos
me derrotó
Con palabras de alabanza...