Soy la guerrera que a veces consigue mucho más de lo que su capacidad permite.
Por eso, cuando el sol se pone, me arrodillo y agradesco el Manto Protector que me rodea.
Mi gratitud, no obstante, no se limita al mundo espiritual
Esta guerrera sabe que es libre para elegir lo que desee; mis decisiones son tomadas con valor, desprendimiento
y - a veces - con una cierta dosis de locura. Acepto mis pasiones y las disfruto intensamente.
Sé que no es necesario renunciar al entusiasmo de las conquistas; ellas forman parte de la vida
y alegran a todos los que en ellas participan. Pero jamás pierdo de vista las cosas duraderas,
y los lazos creados con solidez a través del tiempo. Una