ME PUDRÓ EN LA ESPERA DE LA ANSIADA LLEGADA DE UN MAÑANA MÁS PROMETEDOR QUE MI PRESENTE OLVIDADO.
Son pequeñas cosas que en la vida se dejan de apreciar con el paso del tiempo.
Ya no me asombra la lluvia, ni el cantar de un ave, como aquella que en mi infancia imitaba el sonido de un gato o el de la odiosa alarma del despertador.
Trato de ser prudente conmigo misma, de calmar mis instintos, si quiero recuperarme deberé regresar a mis orígenes.
Aún dudo mucho, si me encontrase en otras circunstancias, poder apreciar mi vida otra vez o por lo menos apreciar la vida en general.
Hoy simplemente esa lluvia menudita y una bolsa de agua de limón me hicieron volver a la nostalgia de
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