“Aún cuando haya pasado por todo lo que pasé, no me arrepiento de los problemas en que me metÃ, porque fueron ellos los que me condujeron hasta donde deseé llegar. Ahora, todo lo que tengo es esta espada, y la entrego a cualquiera que desee seguir su peregrinación. Llevo conmigo las marcas y las cicatrices de los combates; ellas son testimonio de lo que vivÃ, y recompensas de lo que conquisté.
Son estas marcas y cicatrices queridas las que me abrirán las puertas del ParaÃso. Hubo una época en la que vivà escuchando historias de hazañas. Hubo otras épocas en que vivà simplemente porque necesitaba vivir. Pero ahora vivo porque soy un guerrero y porque quiero un dÃa estar en