Amor, amor, un hábito vestÃ
el cual de vuestro paño fue cortado;
al vestir ancho fue, más apretado
y estrecho cuando estuvo sobre mÃ.
Después acá de lo que consentÃ,
tal arrepentimiento me ha tomado,
que pruebo alguna vez, de congojado,
a romper esto en que yo me metÃ.
Mas ¿quién podrá de este hábito librarse,
teniendo tan contraria su natura,
que con él ha venido a conformarse?
Si alguna parte queda por ventura
de mi razón, por mà no osa mostrarse;
que en tal contradicción no está segura.