Se seduce a sí mismo el seducido, seria amar a la tierra como la ama la luna, y palpar su belleza únicamente con la mirada. Y el no pedir de las cosas más que poder estar tendido ante ellas...
Friedrich Nietzsche
En el prado, las flores sin nombre están floreciendo. Sin embargo, sólo el viento las enaltece mientras las agita con delicadeza. Nací con el destino de una rosa, nacida para vivir apasionadamente en esplendor. Rosas, rosas, florecen con nobleza. Rosas, rosas, caen esparciéndose con belleza. ¿Cuál es la estrella que caerá cuando se acerque mi momento? Pero la vida ordinaria no puede compararse con la mía. Bendita con una vida de rosa, siempre viva, ardiendo con pasión.
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