Con el sol de compañero
llegué a un mundo de tinieblas,
con la nueva luna de enero
junte a todas las estrellas.
Pasó ya el tiempo tentador
viviendo mucho con poco sentido
cantando al viento alentador
en un suburbio adolorido.
Pensando en el pronto destierro,
la mente me mantiene confundido
sin saber de la parca y su hierro
y el dÃa de llevarme al olvido.