No eres quien se enoja, quien se entristece, quien se preocupa o teme, quien se cansa, quien se harta, quien se frustra, quien necesita tal o cual cosa para ser feliz. Ponte cómodo, contempla, y deja que esos personajes te abandonen, que esas máscaras se caigan. Deja de alimentarlos y se irán diluyendo sin que tú hagas nada más que contemplarlos, y cada vez te sentirás más liviano, mas consciente de quien realmente eres.