Cada minuto, cada segundo, cada fragmento de vida está tocado por la luz del amor. Como si fuera un acto de magia, el rostro se ilumina, las ideas fluyen, la energÃa invade nuestro organismo, el amor brota por los poros y abre la puerta hacia la felicidad que todos anhelamos y merecemos. Sin embargo, para que exista amor, para recibirlo, hay que saber darlo, repartirlo, compartirlo con generosa alegrÃa, en la convicción de que todo aquello que entregues, te será devuelto igual, de la misma forma, como un regalo que tú apreciarás infinitamente. Ese es mi pensamiento. Si usted tiene amor para dar, se puede considerar una persona realizada, dueña de una riqueza incalculable. El que hac
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