A veces deberÃa guardar silencio, callar lo que veo, lo que escucho voltear la cara y no darme cuenta, volver a mis oÃdos ciegos, y a mis manos mudas, a mi lengua un trapo y a mi corazón de mármol.
TendrÃa que atar mis pasos, quemar mis ojos, pero resulta que no puedo, no vivo por pasar el rato ni acumulo ideas para ser sabia, ni me grabo lo que escucho para repetirlo sola, siempre a solas, bien alto.
Me propuse extrañar tan solo en un horario.
Pero hablo de amor porque lo busco
intento comprenderlo y no me es fácil.
Evito la intelectualidad tanto como puedo
y me aburro como nunca con quien me toma por eso.
Pasa que no estoy lista, nunca estoy lista,
y todo me sorprend