El precio de seguir los impulsos de tu corazón, de tomar tus propias decisiones, es la grandisima posibilidad de fracasar... o no.
Hay dias en nuestra vida, que nos cuesta sonreir, que las horas, no pasan como de costumbre, sino que pesan, duelen. Y la reflexión y la confusión, no te llevan a ningun lado.
Es como si nuestra alma, se hubiera ido fuera de nosotros. Que no encontráramos dentro nuestro, ningún espacio donde exista paz.
Y preguntamos, ¿porque tener que sufrir en la vida? para luego comprender que:
Sufrir, es aprender, y aprendiendo se empieza a crecer, y creciendo, a sentirse mejor; y al sentirse mejor, se puede mirar hacia atrás, y mirar hacia atrás, es como ver un