Hay dÃas en que despierto creyendo que todo lo entiendo, que las situaciones de la vida encuentran solución en la sonrisa.
Hay otros en que siento que nada comprendo, por más que lo intento y lucho por fingir contenta, el tiempo pasa lento, cada segundo es un esfuerzo, cada minuto un nuevo duelo, cada hora una eternidad, sin serlo.
Hoy, es un dÃa de esos que me hielan los huesos y siento el corazó
n lejos, raptado por el desespero de perder todo aquello que nutrÃa sus sueños de verano en el invierno, de locura en la cordura, de dulzura en amargura, causándole desvelo.
El vacÃo crece dentro consumiendo todo intento de huir de ese desvelo en los brazos de Morfeo.
Pero, he perdido
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