La ley de la solidaridad social es la primera ley humana; la libertad es la segunda ley. Esas dos leyes se interpretan y, al ser inseparables, constituyen la esencia de la humanidad. As鱈 la libertad no es la negaci坦n de la solidaridad por lo contrario, es su desarrollo y, por as鱈 decirlo, la humanizaci坦n.
La libertad, la moralidad y dignidad humana del hombre consisten precisamente en eso, en que hace el bien no porque se le ordena sino porque lo concibe, lo quiere y lo ama.
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