Una gran verdad. Casi nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Pero la vida es justa, y tarde o temprano pasa las cuentas, generalmente por donde más duele. Por ello no debemos pensar en la venganza, sino en la justicia. Con fe, paciencia y tranquilidad, todo se conseguirá. Recuerden: pensar en la venganza nos rebaja al mismo nivel que la persona que nos hizo daño. La vida siempre coloca todo y a todos en su justo lugar.
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