De caminos distintos llegamos a esos pasillos sin saber qué sucedÃa, fue asà como en breve tiempo sentimos que algo existÃa, solo reÃamos.
Como amigos de toda una vida confidenciamos con detalles nuestras vidas, sincerándonos quizás más allá de lo que a cada uno le hubiera gustado saber... para ninguno de los dos fue fácil. Ambos admitimos arrepentidos, que hubieron grandes errores.
Luego de esto, dijiste aquella frase en que sonreÃ, volvimos a mirarnos, tomaste mi mano y confesamos que deseábamos pasar mucho más tiempo juntitos.
Después de aquellas inusuales confesiones jijiji dejamos todo atrás y dijimos sÃ, vamos!!!, comenzando a escribirse nuestra historia, nuestras