"RÃete de la noche, del dÃa, de la luna, rÃete de las calles torcidas de la isla, rÃete de este torpe muchacho que te quiere, pero cuando yo abro los ojos y los cierro, cuando mis pasos van, cuando vuelven mis pasos, niégame el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca por que me morirÃa". Pablo Neruda