En un lugar donde nada existe, donde nada es, me hallo evaporándome por momentos, como si fuera el resto de un mar que antes existió.
Pero ya no existo, no soy, no me veo. Me miro y no me veo... En mi interior hay un fósil por corazón, que se agrieta con el tiempo.
Inexistente, me acerco a observar y me rÃo: mi vida en imágenes.
Algo me ha echado de allà y me convierto en un cristal transparente. Sólo me traspasará la luz. Tu luz blanca. Luz inmaterial que me abrasa. Sólo espero desaparecer del todo en el último destello...
Y lo espero con la paciencia de quien espera en la barra a que le sirvan su primera copa.
Desapareceré pero siempre quedará mi esencia es