Con paciencia esperé al Señor;
se inclinó a mÃ, y oyó mi clamor.
Me sacó del pozo de la desolación, del lodo cenagoso;
puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Puso luego en mi boca canción nueva,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán esto, y temerán,
y asà confiarán en el Señor.