Una distinguida dama venía en un vuelo de Irlanda y pidio al cura que venia al lado de ella que le hiciera un favor:-Padre, ¿puedo pedirle un favor?-Por supuesto, hija. ¿Qué puedo hacer por ti?-Mire, Padre, compré una finisima plancha para el cabello para llevarle de regalo a mi mamá por su cumpleaños. Viene en caja cerrada y sé que sobrepasa el valor permitido para la aduana, y tengo miedo de que me la quiten. ¿Será posible que usted la pase por la aduana por mí? Se me ocurre que quizás, debajo de su sotana ...-Me encantará servirte, hija mía, pero debo advertirte: No puedo decir una sola cosa que no sea la verdad.-No se preocupe, Padre, con su investidura nadie se atreverá a
We’ve updated our privacy policy so that we are compliant with changing global privacy regulations and to provide you with insight into the limited ways in which we use your data.
You can read the details below. By accepting, you agree to the updated privacy policy.