Puedo ponerme cursi y decir que tus labios
Me saben igual que los labios que beso en mis sueños,
Puedo ponerme triste y decir que me basta
Con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre tu dueño
Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
Tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado tu dios tu asesino,
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
A la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
Joaquin Sabina