Pero si la gente supiera que «la vida es infinita; que jamás morimos; que nunca nacimos, en realidad», entonces ese miedo desaparecerÃa. Si todos supieran que han vivido antes incontables veces y que volverán a vivir otras tantas, ¡cuánto más reconfortados se sentirÃan! Si supieran que hay espÃritus a su alrededor, cuando se encuentran en estado fÃsico; que después de la muerte, en estado espiritual, se reunirán con esos espÃritus, incluidos los de sus muertos amados, ¡cuánto serÃa el consuelo! Si supieran que los «ángeles de la guarda» existen, en realidad, ¡cuánto más seguros se sentirÃan! Si supieran que los actos de violencia y de injusticia no pasan desapercibido