Apenas 18 años de edad y me he dado cuenta de muchas cosas,
la vida me ha enseñado demasiadas cosas,
Que nada es para siempre,
que tarde o temprano hasta el mejor fruto se pudre…
La vida me enseño que quien llora no es menos hombre,
que al fin y al cabo el oro solo es una piedra común y corriente
que no se debe de confiar en las personas
que siempre sonrÃen…