Cecilia dice siempre lo que piensa
y casi nunca piensa como yo.
Si tengo hambre busca en la despensa y me guisa unos besos con arroz.
Cecilia duerme bien acompañada
porque a menudo la acompaño yo, cuando se harta de estar enamorada
le regalo un vestido y un amor,
mi gozo, mi veneno, mi pasión.
Cecilia tiene algunas fantasÃas
y algunas fantasÃas tengo yo,
le cambio las suyas por las mÃas
y se hacen realidad entre los dos.
Cecilia sabe tanto de mi vida
porque ha vivido tanto como yo,
cada sábado bronca y despedida,
cada domingo reconciliación.
Me gusta hablar con ella sin hablar...
Tengo una novia
de buena familia
con filias
y fobias,
cristal y vereda.
Tengo en