No es de prudentes el ser
cristianos y el seguir a Cristo.
No es prudente vender lo que
se tiene y darlo a los pobres.
Es imprudente entregar la vida
por Dios y por los hermanos.
Que cuando sintamos la
tentaci坦n de la prudencia,
recordemos que T炭 has
escogido la debilidad del
mundo para derrotar a los
fuertes; y a los est炭pidos para
confundir a los sabios. Porque
la prudencia del mundo es
enemiga de Dios. LUIS ESPINAL