Podemos tener muchos éxitos en la vida, pero ninguno podrá llenar nuestro corazón, porque el ser humano está hecho para alabar y glorificar a Dios, a través de su hijo Jesucristo. Con Él lo tenemos todo; y sin Él no tenemos nada. Si estás leyendo esto, te invito a que conozcas a quien murió por ti, para darte vida eterna, se trata de Jesucristo, el Hijo de Dios. Bendiciones abundantes para ti y toda tu familia.