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Desde mi regreso al Perú, me he sentido un hombre privilegiado, no solo por tener la oportunidad de hacer realidad mis sueños (el vivir muy de cerca la realidad del Perú Profundo), sino de poder hacer algo por mi país y sentirme orgulloso de ello. Soy idealista, amante del Perú Profundo y de todos sus misterios, lucho siempre por tratar de hacer realidad mis sueños, y de hacer de mi país un mejor lugar para vivir. Reconozco ser pesado, antipático y hasta mas jodido que una pulga en la oreja, pero también creo en la exigencia como valor máximo en lo profesional, la sabiduría como valor único y a la felicidad como el mayor objetivo en la vida. Confieso ser muy feliz con un bue