Si algo he aprendido es a no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo.
Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio.
Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.
Las personas cambian y generalmente se olvidan de comunicar dicho cambio a los demás.
¿Cambiar? Cuando lo hagan las colinas.
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