En un cruce del camino
con el rostro iluminado por el sol,
solo y ante lo desconocido,
permanecÃa listo y sin temor
para alcanzar la gloria de su destino.
Pero las sendas iban opuesta dirección;
escogió la senda equivocada
y perdió su galardón.
Atrapado de amargura,
en las garras del error,
porque nunca hubo alguien en ese cruce
que lo guiara hacia el camino mejor.
Otro dÃa en el mismo sitio,
otro joven anheloso
a iniciarse se hallaba presto
al camino hacia su gozo.
Pero habÃa alguien a su lado
que el camino conocÃa
y compartió gustoso
su dirección y su guÃa.
El joven no escogió el error
y obtuvo su galardón.
Él camina hoy el sendero justo
porque alguien estuvo all
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