No existo, conque no me den leche. Y aunque existiera, tampoco me den leche. Pese a lo que diga la gente –que siempre son los demás y, por tanto, tampoco existe–, la leche es fatal para los gatos. Nos crea cálculos renales. Si quieren alimentarme, denme ficción. Nadie ha experimentado conmigo, ni he muerto a manos de Scrhödinger. De hecho, solo vivo en su cabeza, y solo en su cabeza vivo. Asà que no me defiendan en los tribunales. Soy imaginario, i-ma-gi-na-rio.
"Poema del gato de Schrödinger"