Me considero una mujer feliz, la inmensidad de mi felicidad se acabó en noviembre del 2011, cuando mi adorado padre, partió al encuentro del Señor. Profesionalmente realizada con un trabajo que me llena plenamente y agradecida de Dios por todo lo que me ha dado, especialmente a mi familia; mi madre que amo con todo el corazón; el mejor padre que pudo haberme dado, y que me dejó un legado de sabidurÃa y humildad que espero siempre tener presente, hermano/as, cuñadas y cuñado a los que adoro y a mis 15 maravillosos y preciosos sobrinos que son la razón máxima de mi existencia!!!