¡O, Djehuty, protégeme de las palabras vanas!
Ponte detrás de mà por la mañana.
Ven, tú que eres la palabra divina.
Eres una dulce fuente para el viajero sediento del desierto.
Fuente cegada para el hablador y que mana para el que sabe callar.
"El Egipto conquistado conquistó Roma" Horacio.