La flor no nace para ser hermosa...
Nace para ser flor.
Su belleza requiere que quien la mire tenga la capacidad para descubrirla.
Pueden pasar a su lado cientos... miles...
Algunos ni siquiera se percatar叩n de su existencia.
Otros no encontrar叩n en ella nada singular que la haga resaltar del paisaje que la contiene.
Habr叩 quienes pensar叩n solo es una flor m叩s.
A炭n tal vez aparezcan los que le dedicar叩n un par de miradas atra鱈dos por sus colores y seguir叩n su camino.
Pero en alg炭n momento aparecer叩 quien no la considere una flor m叩s, y tenga todo el tiempo necesario para deleitarse observ叩ndola en cada mil鱈metro, descubra nuevas sensaciones al acariciar suavemente sus p辿tal
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