Si hoy está haciendo frente a alguna adversidad, si está enfermo y la medicina de nada ha servido, si tiene problemas económicos, si su hogar está desintegrándose, si algún vicio le tiene esclavizado y no puede librarse de él, y usted ha llegado al fin de sus fuerzas sin poder lograr nada, entonces ¡regocÃjese! Porque cuando las fuerzas humanas llegan a su fin, el poder de Dios se manifestará. Crea, solamente, y la gracia de Dios le bastará.