–¿Su profesión?
–Soy poeta. Supongo.
–Nada de supongos aquÃ. Ponte derecho. No te apoyes en la pared. Mira al tribunal. ¿Tienes una profesión estable?
–CreÃa que eso era una profesión estable.
–Pero en términos generales, ¿cuál es tu especialidad?
–Soy poeta, traductor poeta.
–¿Quién te ha reconocido como poeta? ¿Quién te ha metido en las filas de los poetas?
–Nadie. ¿Quién me ha metido en las filas de la especie humana?
–¿Has estudiado para serlo?
–¿Para ser qué?
–Poeta. ¿No has encontrado la manera de proseguir tus estudios en el instituto, donde podÃas prepararte y aprender?
–Nunca he creÃdo que eso fuera material de enseñanza.