Mis padres y mi abuela me dejaron olvidado en el hospital cuando nací y una monja salió corriendo conmigo en brazos gritando ¡el niño, el niño, se les olvida el niño! Desde ahí todo ha sido una montaña rusa en la que me volvería a subir sin dudarlo.
We’ve updated our privacy policy so that we are compliant with changing global privacy regulations and to provide you with insight into the limited ways in which we use your data.
You can read the details below. By accepting, you agree to the updated privacy policy.