CONFIANZA EN MEDIO DE LA ANGUSTIA.
Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mÃ;
cuántos dicen de mÃ:
"ya no lo protege Dios".
Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito invocando al S