Me sorprendes Señor,
hallarte tan pequeño en un humilde pan,
que mi boca puede triturar,
y poder tener dentro de mà a un amigo de verdad.
Me sorprende Señor,
que siendo Tú el más grande puedas ahà estar
demostrando toda tu humildad
demostrando cuanto eres capaz de amar.
Hoy me alegra Señor
saberme convidado a tu celebración,
sentarme aquà a tu mesa y de corazón
sellar contigo el pacto de esperanza
de llevar a los demás tu pan de vida,
y llenar el corazón que triste está.