Libertad auténtica: cuando la mente se desprende de lo inútil y de los miedos, cuando decide rechazar todos los apegos y los supuestos privilegios (estatus, poder, fama) que alimentan el ego hasta convertirlo en algo insufrible.
Aquel que te quiere no es el que te habla, te llama o esta cerca de ti. Es aquel que mira al cielo y le pide a DIOS que cuide de ti porque no quiere perderte.