Est谩n los que siempre usan la misma ropa.
Los que siempre llevan amuletos.
Los que hacen problemas.
Los que imploran mirando al cielo.
Los que creen en supersticiones.
Y est谩n los que siguen corriendo cuando les tiemblan las piernas.
Est谩n los que siguen luchando cuando todo parece perdido (como si cada vez fuera la 煤ltima vez), convencidos de que la vida misma, es un desaf铆o.
Los que sufren, pero no se quejan, porque saben que el dolor pasa, el sudor se seca y el cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecer谩. La satisfacci贸n de haberlo logrado.
En sus cuerpos hay la misma cantidad de m煤sculos, en sus venas la misma sangre.
Lo que nos hace diferente es el esp铆
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