"Sospecho, se帽ores, que ustedes me miran con cierto desd茅n: me repiten que a un hombre culto, al hombre del porvenir, en una palabra, le es imposible desear deliberadamente lo que es contrario a sus intereses. Esto es tan claro como las matem谩ticas. Estoy completamente de acuerdo: tiene una claridad y una exactitud matem谩ticas. Pero les repito por cent茅sima vez que existe una excepci贸n, que hay hombres que pueden desear lo que saben que es desfavorable para ellos, lo que les parece est煤pido, insensato; hombres que obran as铆 s贸lo por eludir la obligaci贸n de escoger lo provechoso, lo digno. Porque esa insensatez, ese capricho, es quiz谩, se帽ores, lo m谩s ventajoso que existe para no
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