Sin ser ni creerme poeta, de vez en cuando me llega la musa y en lugar de ignorarla, escribo lo que me cuenta. Unas veces está triste hasta las lágrimas, especialmente en momentos de dolor. Entonces nos consolamos mutuamente como dos hermanas ante la misma pena... Otras veces llega nostálgica, evocando la niňez dentro de una familia especialmente unida. Casi nunca llega alegre, lo que se dice alegre porque cuando se siente asà se extasia en su felicidad y se olvidade la poesÃa y por ende, de mÃ. Ha estado patriótica, romántica, fanática, irreverente y sensual. Me ha contado de Dios, de los ángeles, de de la muerte... del amor filial, maternal, pasional... de la tierra y la ban