.todo el cuerpo se apoya en el colchón o en las baldosas del patio, uno siente los talones, las pantorrillas, los muslos, las nalgas, el lomo, las paletas, los brazos y la nuca que se reparten el peso del cuerpo y lo difunden, por decir asÃ, en el suelo, lo acercan tan bien y tan naturalmente a esa superficie que nos atrae verazmente y parecerÃa querer tragarnos. Es curioso que a mà estar de espaldas me resulte la posición más natural, y a veces sospecho que mi tÃa le tiene horror por eso. Yo la encuentro perfecta, y creo que en el fondo es la más cómoda. SÃ, he dicho bien: en el fondo, bien en el fondo, de espaldas. Hasta me da un poco de miedo, algo que no consigo explicar. Cómo