Hab鱈a una vez una gordita que dec鱈a un te quiero con tan solo mirar, su honestidad era su fortaleza, la sinceridad, lo mejor de su lealtad.
Sol鱈a vestir de pureza, con ternura se adornaba tambi辿n,
era m叩s bella que la belleza, y su dulzura endulzaba mejor que la miel.
Su voz se escuchaba radiante, provocaba tranquilidad,
aun ante lo m叩s desafiante, con ella habitaba la seguridad jaaaaaaaa jaaaaaaaa
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