Una mujer hermosa agrada a los ojos; una mujer buena agrada al corazón; la primera es un dije; la segunda es un tesoro.
La soledad es y siempre ha sido la experiencia central e inevitable de todo hombre.
No te merece quien, con su indiferencia, te hace sentir invisible y ausente, sino quien, con su atención, te hace sentir importante y presente.
No te merece quien sólo te busca cuando te necesita, sino quien siempre está a tu lado cuando sabe que la necesitas.
No te merece quien te hace estar triste y llorar, sino aquella que te alegra y hace sonreÃr...
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