Junta experiencia en la vida hasta para dar y prestar, quien la tiene que pasar entre sufrimiento y llanto... porque nada enseña tanto, como el sufrir y el llorar. Viene el hombre ciego al mundo, cuartiandolo la esperanza, y de a opco andar ya lo alcanzan las desgracias a empujones. ¡La pucha que trae lecciones el tiempo con sus mudanzas!