Maga, el molde hueco era yo, vos temblabas, pura y libre, como una llama, como un r鱈o de mercurio, como el primer canto de un p叩jaro cuando rompe el alba, y es dulce dec鱈rtelo con las palabras que te fascinaban porque no cre鱈as que existieran fuera de los poemas, y que tuvi辿ramos derecho a emplearlas. D坦nde estar叩s, d坦nde estaremos desde hoy, dos puntos en un universo inexplicable, cerca o lejos, dos puntos que crean una l鱈nea, dos puntos que se alejan y se acercan arbitrariamente