Cuando abrazo tu cara de jazmÃn y canela para hacerte sonreÃr, mi niñito querido, comprendo la dicha que se extiende
por el cielo lÃmpido de la mañana y la delicia en que la
brisa de verano envuelve mi cuerpo y la onda del trigal al medio dÃa: cuando te abrazo para que sonrÃas.
R Tagore.